sábado, 4 de octubre de 2014

Paradoja.

No puedo evitarlo. Veo algo en el suelo, me agacho con un movimiento que intenta (y no consigue) ser fluido y natural. Recojo un envoltorio blanco que contiene una de esas chorradas que regalan con los pastelitos o los paquetes de aperitivos. Lo abro y encuentro esto: 


Saco una moneda y rasco el espacio gris de los mensajes secretos, algo que me fascina desde niño. Y aparece esto:


La paradoja del recogedor de chorradas callejeras.


Nota: he manipulado la primera imagen en aras del suspense.

No hay comentarios :