domingo, 13 de marzo de 2016

Araña y Sputnik.


Una de mis imágenes favoritas: paraguas rotos tirados a la basura.
El ingenio humano derrotado por los temporales.
Y más en estos tiempos de obsolescencia programada y útiles de usar y tirar.
Me pregunto qué porcentaje seguirán reparando los paragüeros.
Nunca he usado paraguas. No me gustan. Prefiero la capucha.
Decidí recuperar algunos de la basura para intentar hacer una lámpara.
Descubrí que suelen tener ocho varillas. Y las arañas ocho patas. Pues perfecto.
Cada vez que los movía un poco descubría nuevas formas, a cuál más interesante.
Pero al final decidí usar sólo dos esqueletos de paraguas.

Mientras probaba formas se me ocurrió otro diseño. Siempre me pasa lo mismo.
Ambos proyectos suelen quedar en nada. Pero esta vez no.
Pensé en el Sputnik* sabiendo que tenía un par de antenas viejas por casa.
Son una belleza. Uno de mis objetos favoritos. Al final encontré cuatro. Perfecto.
Me faltaba un cuerpo. Recordé que el colador de plástico siempre se me cae del gancho.
El culpable es un colador metálico demasiado pequeño para ser útil.
Está colgado del mismo gancho. Estaba. Ahora es el cuerpo de mi Sputnik.

No sé cuánto durarán sin cortocircuitarse.
He tenido que aprender a conectarlas sobre la marcha.
Espero que su vida útil no sea tan breve como los objetos que criticaba más arriba.

Ya se verá (guiño, guiño).

*"Sputnik" significa "compañero de viaje" o "satélite" (Del latín satelles ("acólito"), "acompañante", de etimología incierta.)





   


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